¿Comprar al contado o con financiación?

Muchos expertos financieros recomiendan ahorrar previamente para luego realizar cualquier inversión, en algunos casos esta opción no es viable cuando la cantidad de dinero requerido es muy elevada. Se debe analizar a profundidad la situación económica y tu capacidad de endeudamiento para decidir la opción más conveniente. Para ello sigue estos consejos:

Busca rentabilidad. Comprar a crédito o al contado siempre va a depender de la rentabilidad que te ofrezca el dinero que tengas en el banco. Por ejemplo, si el beneficio es mayor que el tipo de interés del crédito, entonces lo más seguro es aplazar el pago.

Lo más común es que se opte por un financiamiento cuando estés frente a una emergencia y no tengas el dinero suficiente. Pero si por el contrario cuentas con la cantidad necesaria, es mejor pagar al contado. Recuerda que cuando solicitas un préstamo a una entidad financiera te comprometes a pagar cuotas mensuales durante un lapso de tiempo y esto puede afectar tu capacidad de ahorro.

Si pagas al contado. En este caso evitas deudas con la entidad financiera, no debes preocuparte por pagar intereses mensuales, es probable que consigas ofertas fáciles de pagar y, además, no repercute en tu capacidad de endeudamiento. Pero por otro lado, pierdes tu capacidad de liquidez y si surge un imprevisto en el que necesites una alta suma de dinero, será difícil de costearlo.

Si pagas a crédito. Tienes la facilidad de incrementar tu capacidad de compra, aprovechas mejor las oportunidades y ofertas del momento porque no es necesario tener todo el dinero de la adquisición. Eso sí, recuerda que los créditos deben pedirse para bienes duraderos y no deben exceder de 80 % del precio total, ya que es posible que debas pagar hasta el doble de intereses durante un periodo de tiempo.

Algunas desventajas de pagar a crédito es que los intereses y las comisiones aumentan el monto final de los bienes y adquieres un compromiso de pago para un largo lapso de tiempo. Además, cuando das tus bienes como garantía de pago, tienes el riesgo de perderlos y en caso de no pagar, podrás tener malas referencias que dañarán tu historial bancario.

Finalmente, es recomendable evitar los plazos muy largos con productos que disminuyen su valor al transcurrir el tiempo. La idea no es pagar por algo que se devalúa, por ejemplo: una computadora, que en poco tiempo se considera anticuada o un vehículo de segunda mano.

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